Heredé hace muchos años una cabeza de muñeca de principios del siglo XX. Con ella he elaborado este angelito. Tuve que fijarla en una botella, forrar un poco la misma con algo de guata y con unos cuantos retales de muestrario le realicé el traje. Tiene 5 capas de tela, todas diferentes. La primera de ellas la rematé con un galón dorado. Sólo son rectángulos que plegué ligeramente en la parte superior a la altura del cuello. Para disimular esos pliegues, con un poco de cinta de regalo hice esa especie de echarpe.
El pelo está hecho con un hilo, también antiguo, de ganchillo, la base es de punto bajo y sobre ella fui trabando argollas de cadeneta. Las hojas son de imitación de nácar con un agujerito por el que las uní al pelo.
Como, en su día, no conseguía alas que me gustaran utilicé dos estrellas doradas de Navidad, enganchadas con hilo dorado.
Con un poco de alambre (el traje está un poco abierto para que lo aprecies), rodeé la botella y le hice una especie de manguito, también de ganchillo.
El pelo está hecho con un hilo, también antiguo, de ganchillo, la base es de punto bajo y sobre ella fui trabando argollas de cadeneta. Las hojas son de imitación de nácar con un agujerito por el que las uní al pelo.
Como, en su día, no conseguía alas que me gustaran utilicé dos estrellas doradas de Navidad, enganchadas con hilo dorado.
Con un poco de alambre (el traje está un poco abierto para que lo aprecies), rodeé la botella y le hice una especie de manguito, también de ganchillo.
2 comentarios:
pero que manitas, esto es una obra de arte!!! Y la corona me encanta la idea, te la copio, con la de cintas que voy guardando, y algunas es un trozo pequeñito que no me da para nada, ahora ya se donde van a ir a parar. Bicos
María, la corona queda aún más bonita que lo que reflejan las fotos. Hazla con todos esos restos,no te arrepentirás.Un besote
Publicar un comentario